noviembre 2020

La verdad del sometimiento.

Así cómo todo empieza por casa y en casa hemos estado mucho últimamente, hemos tenido demasiado tiempo libre, osea que daba hasta para pensar, ordenar, limpiar, eso seguro también, establecer prioridades, parar, crecer, experimentar con el propio ser tan peligrosamente desconocido, algunos se habrán deprimido, otros se habrán quejado, yo he preferido dedicar las horas muertas al ministerio del pensamiento y una vez ahí instalada me he dado cuenta de algunas realidades y entonces ahora se hace verbo la primera. El sometimiento y la esclavitud a la cadena de producción empieza por casa también y se llama alimentación, es tan difícil de ver por que parece parte del legado familiar y se nos hace carne (nunca mejor dicho) a través de los sentidos, de los recuerdos más queridos y de la educación a por una prosperidad supuestamente saludable, pero nos hace esclavos, a nosotros y a todos los animales que habitan éste planeta, así que yo los invito a dejarse de joder y a reinventar la cultura y el legado de la alimentación para no vivir y condenar el mundo a ello, es un diseño de reproducción, sometimiento y muerte del que ninguno podrá ascender y los aditivos contribuyen a formar una especie de velo que interfiere con la correcta sinapsis de nuestras neuronas para que entre otras cosas sigamos así de igualmente boludos... comprando algo de fórmula de una empresa que cotiza en bolsa envuelto en un plástico con otra fórmula patentada en Suiza. Y así cómo la generación anterior tuvo el desafío de superar la guerra nuclear, nosotros tenemos el desafío de aprender a comer y volver a nacer o esta bomba nos explota ya en la cara y después no me vengan con sorpresas y pánicos o los quiero ver cuando sus hijos sufran las consecuencias y con que cara los van a mirar ? Ah! y voy a ir mucho más lejos, (hagan de cuenta que esto es un capítulo de alguna novela mala de SCI-FI donde el prota se habla a sí mismo)... el que tenga taaaantas ganas de comer carne y olerla en las parrillas, que por cierto huele igual que mi padre y que mi madre en el horno crematorio y a ellos alta ceremonia les hacemos! volviendo al bite, el que tenga tantas ganas de comerse un panchito por que no se come a otro homo sapiens ? ya muerto obviooo, que desactiven a altísimas temperaturas industriales el virus sars cov 19 y nos lastramos a los muertitos que nadie reclama, los viejitos siempre tienen los lomos más tiernitos sabian ? y se patentan enseguida unos snaks riquísimos con muuuchos aditivos que ni se enteran lo que viene en ese chizito dorado. Y así de desprestigiados estaríamos que nos inventamos la revolución industrial y ahora nos tocaría inventarnos algo también para compensar tanta mugre de consumidores primarios decadentes en la que hemos caído. No necesitamos nada de eso para ser sanos y felices, si tiene fórmula solo del Vademecum o del dealer de confianza por que taaan boludos tampoco!

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